• Cambio e inclusion de tecnologia

  • Hace apenas una década se empezó a hablar de la “agricultura de precisión”, también llamada “tecnología de dosis variable (TDV)” o “manejo sitio específico (MSE)”.

    Por entonces pocos sospechaban los espectaculares alcances que podría tener esta modalidad de producción agrícola.

     

    Agricultura de Precisión (AP) significa optimizar la calidad y cantidad de un producto agrícola, minimizando el costo a través del uso de tecnologías más eficientes para reducir la variabilidad de un proceso específico, en forma ambientalmente limpia.

    Tecnología de dosis variable y manejo sitio específico se utilizan genéricamente como sinónimos y consisten en la aplicación de dosis variables de insumos de acuerdo a las necesidades y/o potencial productivo de sectores homogéneos de la unidad de producción.

    Esto contrasta claramente con el manejo tradicional, en donde los insumos son aplicados uniformemente a toda la unidad productiva.

    Las características del suelo y del cultivo varían en el espacio (distancia y profundidad) y en el tiempo.

    En definitiva, la agricultura de precisión es un conjunto de técnicas orientado a optimizar el uso de los insumos agrícolas (semillas, agroquímicos y correctivos) en función de la cuantificación de la variabilidad espacial y temporal de la producción agrícola.

    Esta optimización de los insumos se lleva a cabo a través de la TDV, herramienta que, dependiendo del potencial y necesidad de cada punto de área de manejo, distribuye la cantidad correcta de esos insumos.

    Esta tecnología es la que permite implementar en el campo el MSE, que faculta el poder manejar cada lote en forma independiente y de acuerdo a sus necesidades, ya que distingue e identifica variables dentro del lote principal.

    A diferencia de la agricultura tradicional, esta modalidad de producción se aleja en lo posible de los manejos fijos o uniformes y tiende a la aplicación de prácticas agronómicas siembra, fertilización, aplicación de agroquímicos, cosecha de forma variable, en función del análisis de la información recolectada.

    La agricultura de precisión no consiste solamente en medir la variabilidad existente en el área, sino también en la adopción de prácticas administrativas que se realizan en función de esa variabilidad.

    La observación de la existencia de variabilidad en las propiedades o factores determinantes de la producción en los agro ecosistemas no es una novedad; lo que es diferente, en realidad, es la posibilidad de identificar, cuantificar y mapear esa variabilidad.

    Más aún, es posible georreferenciar y aplicar los insumos con dosis variables en puntos o áreas de coordenadas geográficas conocidas.

    Todo esto se basa en el estudio de variabilidad del suelo y de la planta, con el fin de establecer tendencias de rendimiento dentro de una misma área y también, a lo largo del tiempo, con las variaciones climáticas y modificaciones del suelo.

    Cuando el rendimiento y/o la fertilidad de un potrero no varían, es probable que el incentivo para adoptar las técnicas de agricultura de precisión sea muy escaso desde el punto de vista de la optimización de la producción, no así desde el punto de vista de la gestión de la empresa agropecuaria.

    Sin embargo, si se detecta una elevada variación de productividad, la adopción de esas técnicas puede ser beneficiosa, pues reduce las distorsiones comprobadas normalmente en el área de producción.

    Por lo tanto, para entender y aplicar la agricultura de precisión, es necesario definir dos conceptos básicos:

    • Variabilidad espacial: expresa las diferencias de producción en un mismo campo, en una misma campaña y cosecha.
    • Variabilidad temporal: expresa los cambios de producción en un mismo campo, en distintas campañas de cosecha.

    Así, la adopción de la agricultura de precisión posee el potencial para la racionalización del sistema de producción agrícola moderno, como consecuencia de:

    • Optimización de la cantidad de agroquímicos aplicados en los suelos y cultivos.
    • Consecuente reducción de los costos de producción y de la contaminación ambiental.
    • Mejora de la calidad de las cosechas.

    Las nuevas tecnologías en la agricultura pueden ser analizadas como cualquier otra tecnología innovadora.

    La información es un insumo en el proceso productivo, tal como lo son el fertilizante, los agroquímicos o el combustible.

    La información tiene valor si conduce a tomar mejores decisiones. Si la información se usa por varios años, debe ser tratada como cualquier otro bien de capital.

    Si bien la agricultura de precisión es un tema relativamente nuevo, se han logrado muchos avances, principalmente en el desarrollo de máquinas e implementos que permiten el manejo localizado en base a mapas.

    Los recursos más avanzados en tecnología de información hoy disponibles, como los sistemas de posicionamiento global (GPS), los sistemas de información geográfica (SIG), los sistemas de control y adquisición de datos, sensores y actuadores, entre otros, están cada vez más presentes en el campo.

    A pesar de ese avance tecnológico, hay áreas que necesitan desarrollarse aún más para que la agricultura de precisión pueda consolidarse como una solución amplia y plenamente viable, para todos los segmentos de la agricultura.

    Así, es de vital importancia que exista una transferencia de estos conceptos tecnológicos, que permita generar una mayor demanda tecnológica y, a la vez, genere una respuesta tecnológica del medio a través de empresas de servicio y de investigación.